Coaching para la salud: El paciente y su responsabilidad
¡Ve cómo volveríamos a vernos! Aquí estamos de nuevo porque sabemos que tenemos mucho que hacer en este ámbito de la salud. Le pido que siga ayudándonos, Mr. Coaching.
Como nuestros lectores habrán ido coligiendo de nuestras anteriores “conversaciones” -o más bien, monólogos asistidos-, la aplicación del método coaching al ámbito de la salud presenta particularidades que no existen en otros entornos humanos. El objetivo siempre es “mejorar la salud” del paciente consiguiendo que se involucre en ello, que haga suyo ese propósito.
En las últimas hemos ido esbozando las actitudes fundamentales del coach y su entronque en el universo de la salud. Hoy pretendo indagar sobre los medios de los que puede disponer el “ayudador” para conseguir esa involucración. Le pregunto si existe alguna herramienta que pueda orientar al que practica este método tan creativo cuando trata con personas en su relación con la salud. ¿Existe algo así?
Herramientas de coaching para la salud
En el coaching profesional existen muchas herramientas que se usan en los procesos que siguen todos aquellos que quieren mejorar en su vida en general o en un estricto entorno profesional. Pues bien, existe una muy sencilla que se denomina “Rueda de la Vida”, que es conocida por todos los que nos dedicamos a esta actividad. Es una herramienta de indagación y de toma de conciencia del cliente. A través de ella, el coach indaga a través de las preguntas adecuadas y el cliente se “escucha”. Con algo tan sencillo, se hace una idea de cómo se encuentra en los ámbitos vitales que se trata de investigar.
Os muestro modelo sencillo pero que abarca toda la actividad que realizamos los seres humanos. Se trata de “partir” su actividad vital en diferentes ámbitos para que se conciencie de cuál es su situación en cada una de ellas. En cada proceso se puede establecer una muy concreta y personal que debe responder a las necesidades de la persona a la que se trata de ayudar y con la que se sienta cómoda. La que os presento me ha sido de gran utilidad personal porque es clara, concisa y sencilla. Es la que muestro y trato en las ponencias que imparto en el «Máster en coaching, inteligencia emocional, relacional y ciencia cognitiva” que co-dirijo junto con la Universidad de Alcalá. Su representación gráfica es la siguiente:
Este modelo es uno de los que más se usa en la actividad profesional del coaching o al menos en la que yo realizo. No obstante, como ya venimos tratando en nuestras charlas, lo que pretendemos en el ámbito de la salud es que las personas permanezcan sanas el mayor tiempo posible en sus vidas y si no es posible conseguirlo, pretendemos aliviar esa ausencia de salud mediante sistemas paliativos. Pero, por concretarlo aún más: el objetivo marcado es involucrar al paciente en permanecer sano la mayor parte del tiempo posible. Se trata de “empoderar” –lo siento pero no encuentro en castellano nada mejor- al paciente haciéndole realmente consciente de su momento vital y qué puede hacer para mejorarlo.
Lo primero es recordar que en la salud intervienen, al menos, las siguientes actividades o ámbitos: prevención, atención, curación y paliación. En este modelo nos estamos moviendo desde el inicio de estas, ¿conversaciones? Se trata de que sea el propio paciente quien trate de encontrar las respuestas desde la base de la confianza, la responsabilidad y finalmente el compromiso consigo mismo.
Por no alejarnos mucho del concepto, propongo algo así como una herramienta que podríamos comenzar llamando “rueda de la salud” por analogía de la anterior. No se trata de una herramienta que el profesional de la salud deba aplicar de forma directa como se realiza en el coaching profesional, sino de que sea la guía principal de la conversación, que es desde donde se pretendemos conseguir el cambio necesario en el paciente. Podría constituir lo que daremos en llamar: “Manual conversacional del profesional sanitario-coach” y la que éste debe tener siempre presente si quiere presentarse como tal.
Como también venimos tratando en nuestras conversaciones, la aplicación del método coaching en el entorno de la salud, significará que el que ayuda o profesional de la salud -del tipo que sea-, debe adecuar en lo posible sus “conversaciones” para conseguir el objetivo marcado: conseguir que el paciente se haga responsable de su estado de salud.
La utilidad de este método resultará importante si se aplica con eficacia. Ésta, se basará, por un lado en la aplicación de las actitudes de las que venimos hablando durante los últimos meses: empatía, aceptación y autenticidad; por otro lado en el uso competente del manual que propongo.
Dos son las premisas que planteamos respecto al paciente y la responsabilidad sobre su salud:
- Que sea capaz de establecer una vigilancia de sus actividades preventivas, curativas o paliativas.
- Que sea capaz de una expresión sintomática.
Viendo algo tan esencial para seguir con lo que estamos construyendo juntos, me estoy animando a continuar y, en próximas conversaciones, ir desglosando algún modelo de trabajo para seguir este manual que, en mi opinión, promete ser muy eficaz para conseguir que el paciente tome más conciencia de su responsabilidad sobre su estado de salud.
¡Bueno Mr. Coaching! pues tal vez mi estrategia de ir poco a poco esté resultando y le agradezco que se haya animado y convencido de que valdrá la pena quedarse y seguir conversando. Ya sé, estoy seguro, que no necesito decirle más: ¡Quédese! Es apasionante el panorama que nos espera a su lado. Esperamos poder seguir aportando nuevas ideas y herramientas para su uso en este apasionante mundo de usar la metodología del coaching a este ámbito, el de la salud.
Gracias por quedarse Mr. Coaching, ya doy por hecho que lo hará, no nos defraude, le necesitamos más que nunca para continuar.