DOCENTES: “EMOCIONES…BIENVENIDAS A NUESTRAS AULAS”
Beatriz Rodríguez: Alumna de la novena promoción del Máster de Coaching, Inteligencia Emocioonal, Relacional y Ciencia Cognitiva
Las personas que ejercemos en el Mundo Educativo tenemos una gran responsabilidad, tenemos que tomar conciencia de este aspecto tan importante que marcará una de las principales diferencias en la forma de educar en el aula a nuestros alumnos.
Los docentes pasamos al día una media de seis y ocho horas con alumnos, cada uno de ellos únicos y especiales, con distintas formas y ritmos de aprendizaje, convirtiéndonos en claros referentes para ellos; debemos ser referentes positivos en una de las etapas más importantes de su vida.
Para mejorar la calidad de enseñanza y crear un clima adecuado, es de vital importancia que aprendamos a escuchar y observar (estar presentes) a los alumnos, que expresen sus ideas, inquietudes, miedos, enfados, alegrías, tristezas, sorpresas y rechazos. En el contexto educativo, los alumnos necesitan aprender a identificar, expresar y gestionar sus emociones para que puedan desarrollarse felices, sacando su máximo potencial.
¿Cómo pueden los alumnos crecer felices en el colegio?
Empezando por el primer paso, es decir, que los docentes estén formados en Inteligencia Emocional. Los profesionales del Mundo de la Educación, tienen que conocerse a sí mismos, identificar sus propias emociones, aprender a gestionarlas y trabajar las habilidades sociales (imprescindibles) porque así podrá ayudar y enseñar a sus alumnos. Es importante que los docentes trabajemos primero con nosotros mismos, superando nuestros miedos, creencias limitantes, autoconociéndonos…para regalarles a nuestros alumnos la mejor versión de nosotros mismos, somos referentes vitales durante su desarrollo, se merecen que crezcan absorbiendo nuestra mejor versión. Los docentes tenemos que hablar con naturalidad de nuestras emociones, ayudarles a ponerlas nombres, guiarles en su autoconocimiento y brindándoles un gran abanico de herramientas para que aprendan a gestionarlas en su realidad, sólo así podrán desarrollar su parte más profunda: el Ser, asentando las bases de su aprendizaje (social, personal y académico) por lo que repercutirá directamente en su pleno desarrollo; tendrán ganas de aprender, de superarse, de crecer, de enfrentarse a los retos con entusiasmo y respetándose a sí mismos para poder respetar a los demás.
¿Para qué sirven las emociones en el aprendizaje del aula?
Para TODO. Los alumnos son personas en pleno desarrollo, que están descubriéndose a sí mismos y el mundo que les rodea, lleno de curiosidades, miedos, inquietudes, alegrías…Los alumnos aprenden en el aula principalmente conocimientos académicos, pero sólo si hacemos una buena gestión emocional podrán mejorar su rendimiento académico debido a que los bloqueos, frustraciones, baja autoestima, falta de confianza, creencias limitantes…son los verdaderos impedimentos de proyectar el verdadero potencial de un alumno tanto a nivel personal como académico.
Es fundamental que las personas de la Comunidad Educativa, sobre todo maestros y profesores se formen en Inteligencia Emocional y que adquieran habilidades, aptitudes y actitudes del mundo del coaching, (tan interesante y apasionante), para poder sacar la mejor versión de sus alumnos y de sí mismos.
Cuando empecé a ejercer como docente, notaba que me faltaba formación en este aspecto y que los alumnos demandaban de forma consciente e inconsciente por eso me animé a realizar este Máster, una decisión muy acertada, puesto que me transformé a nivel personal y profesional. Un aprendizaje potente, gratificante, y sobre todo que me ha dado la base para poder guiar a mis alumnos con profesionalidad (con la seguridad de saber que hago las cosas correctamente con una formación brillante), potenciando su mejor versión, con el objetivo principal de que sean felices, aprenden con ganas e ilusión y sobre todo la satisfacción de verles crecer cada día, enseñarles a conocerse más, a quererse, aceptarse, superarse…Es uno de los mayores regalos que puede tener una persona como yo, que adora su profesión.
El momento de cambiar la vida de nuestros alumnos, es AHORA.
Beatriz