MÁS ASERTIVIDAD
¿Asertividad?
Después de dos posts sobre “La Asertividad” y de mucho reflexionar, decidí comprobar si lo que creía haber aprendido servía de algo. Me pregunté:¿por qué no ver en primera persona si una comunicación asertiva sirve realmente a mis propósitos? Y, como no, el ámbito laboral es el idóneo para ver si los experimentos comunicativos dan sus frutos.
Ahí estaba yo, un viernes a media mañana, recibiendo una monumental bronca de mi director a través de una pantalla, con una espectadora de lujo, mi jefa. Sentada en la oficina, erguida en mi silla y con los cascos puestos, no apartaba la mirada del ordenador. Escuchaba tranquila, palabra por palabra, todo lo que salía de su boca. Estaba colorado, con el ceño fruncido y la expresión de una persona abatida, pero descargando toda su frustración en mí.
Yo, en actitud digna y mostrando interés, tomaba notas para que, en el momento en que tuviera la más mínima oportunidad, defenderme. Sin embargo, el momento no llegaba, y mi superior seguía y seguía sacudiendo palabras como el que bate un látigo, una y otra vez. Después de muchos minutos,que me parecieron interminables, pensé:“¡No hay más remedio, tengo que hablar y defenderme¡“. Dicho y hecho:“Perdona Jesús, me gustaría que me dejaras hablar, por favor escúchame un momento”. Y comencé a explicar mi punto de vista y el porqué de las actuaciones que él había malinterpretado como un ataque hacia su persona. Pero, a los pocos segundos, comenzó a hablar de nuevo y, de nuevo, le dije: “Perdona Jesús, te he escuchado pacientementey sin interrumpirte. Ahora solo te pido que me escuches tú a mí”. Y seguí con mis explicaciones. Me llevó poco tiempo, tenía bien estructurado lo que quería decir.
Sorprendentemente, intervino también mi jefa, alabando mi trabajo y apoyando mi postura. Entiendo que su reacción, la de mi jefa, fue producto de una conversación que mantuvimos el día anterior en que ella me preguntaba: “quieres tener razón o cuidar la relación”. Mi respuesta fue automática: “tengo razón, pero además, cuido de mi relación con la empresa porque mis acciones van encaminadasa evitar que se incurra en riesgos en los que no tendría por qué incurrirse si se respetara la legalidad y me ocupo y me preocupo muchode que las decisiones que se adopten no vulneren la ley”.
¿Podría decirse que fui asertiva en mis respuestas? Veámoslo:
¿Expresé mis sentimientos y defendí mis ideas sin herir ni ofender a los demás?
Mi director y mi jefa desconocían lo que quería, lo que sentía, lo que esperaba y lo que me molestaba. Esa situación cambió cuando les expliqué de forma asertiva, clara y sencilla como veía yo la situación.
Defendí mi verdad y conseguí mi objetivo: la dirección dio marcha atrás y la decisión que adoptó, desde mi punto de vista equivocada, no llegó a ponerse en práctica.
Hablé de hechos y no de juicios, hablé en primera persona de cómo yo veía la situación para que nadie se sintiese atacado.
Mantuve un tono de voz tranquilo, pausado y coherente con lo que estaba diciendo.
Yo creo que si … amiga …… diste en la DIANA