ME HARÉ UN PLAN DE PENSIONES!!
Manuel Férreo
Director del Máster de Coaching, Inteligencia Emocional, Relacional y Ciencia Cognitiva
Atractiva y popular es la frase latina, “Cape Diem” que se puso de moda por la difusión que alcanzó la película “El club de los poetas muertos” He de decir que en muchos momentos de mi vida me ha servido de referente y especialmente en una de la que no viene al caso citar ahora. Pero no siempre lo que nos parece obvio, porque así nos lo han querido hacer ver, es la única interpretación que podemos dar a las frases o comentarios salidos de alguien, tanto en el pasado como en el presente. Como me gusta el idioma latino, aunque no siempre fue así, sobre todo cuando tuve que estudiarlo en serio, también citaré esta otra, “Tempus Fugit”.
Aún corriendo el riesgo de que alguien piense que ambas frases son de sobra conocidas y entendidas, diré que nos hablan de, “Vive el momento” y “El tiempo vuela”. Pido una reflexión sobre ambas. ¿Pueden tener el mismo significado? Mi respuesta inicial es que sí, cualquiera que sea un poco conocedor estará de acuerdo con esta aseveración. Pero hoy me gustaría ir más allá de su sentido literal y mi primera impresión al traducirlas.
Sobre la primera, apunto las últimas frases del consejo de Horacio a Leuconoé, que tanto me han sugerido:
“……spatio brevi spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit ínvida aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.”
“….olvídate del breve tiempo que queda amparándote en la larga esperanza. Mientras estamos hablando, he aquí que el tiempo, envidioso, se nos escapa: Aprovecha el día de hoy, y no pongas de ninguna manera tu fe ni tu esperanza en el día de mañana.”
En palabras más profanas, el poeta romano parece que nos induce a que no nos andemos con zarandajas en la vida, que disfrutemos cada momento y que olvidemos el incierto y desconocido futuro que no podemos atrapar.
Respecto de la segunda, “Tempus Fugit” podría significar lo efímero de la vida. Y también sugerirnos a disfrutar el momento, claro. Alicia en su país, el de las maravillas, vive sus ensueños bajo esta espada, que ya Virgilio nos recordó que tenemos sobre nuestra humana cabeza. Nos hace reflexionar sobre el humo sutil que es nuestro paso por este Universo que nos inquieta sólo con contemplarlo.
Podemos ir más allá, como algunas frases de difícil y carente de valor atribución, y pensar acerca de la unión de ambas. Ello nos clarifica aún más la seducción de lo que nos insinúan por separado. ”Disfruta el momento porque el tiempo vuela” No negaré que es redonda en el fondo, en la forma y por el apetito vital que nos apunta a seguir.
Mucho antes en la antigua Grecia, Epicuro ya se lo había establecido como filosofía de vida: “El placer es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión. Es la ausencia del dolor en el cuerpo y la inquietud en el alma.” Para mí, el que escribe, la frase anterior es puro presente, aunque seguro que alguno de los lectores discreparéis. Por otra parte, los antiguos estoicos griegos se permitían” …liberarse de las pasiones y deseos que perturban la vida”. Y esto, para mí, es invitación a un cierto olvido del presente para ser más feliz en la vida.
Quiere esto decir que no es nuevo que haya cierta pugna entre el presente y el futuro. Ahora podemos encontrarla más manifiesta y cotidiana, en la ética juvenil del disfrute a toda costa y la previsión futurible de la madurez. De forma poco prosaica entre la tarjeta de crédito y los planes de pensiones.
La moderna metodología del coaching tiene sus raíces en el pasado socrático y su ancla en los numerosos presentes que se manifiestan en sus distintas vertientes ontológica, sistémica, humanista, emocional, incluso cuántica. ¿El coaching, de qué nos habla? Pues en mi opinión de trabajar en el presente para conseguir nuestros sueños que están en el futuro. Es el futuro hecho presente, o algo así. Siendo de esta manera, ¿cómo vivirá un coach si es coherente con su actividad y con el trabajo con sus coachées? ¿Será un epicúreo o un estoico? Esto me lleva a reinterpretar nuestra famosa frase compuesta y completa, ”Tempus fugit, carpe diem”.
¿Podemos disfrutar el presente y trabajar para el futuro? Pues sí, si elegimos bien nuestros objetivos vitales y nos ponemos en marcha para conseguirlos. Esto hará que cualquier cosa que hagamos en nuestro día a día, nos conduzca a ser más felices y disfrutar de todo. Los planes de acción nos sugieren que esto es lo que debemos vivir. Pero ¿todo lo que hagamos debe estar contenido en ellos? ¿Nuestros cuándo, dónde y con quién, deberían estar todos previstos? Podemos hacer caso a su literalidad y así el tiempo del tiempo libre, debe estar planificado. Esto nos dará, seguro, los cuándos. Tal vez, si somos muy precisos, los dónde, los qué y los con quién, pero sólo tal vez.
Esto me evoca definitivamente, que nuestra frase es tal, que cada uno tiene permiso para interpretar. Nuestro modelo de vida vendrá determinado por esta reflexión y el sentido que queramos atribuirle. En esta interesante proposición, me posiciono, racionalmente como estoico, aunque he de decir que vitalmente soy seguidor de Epicuro. Soy racional y vital, no puedo separarlo. Pero hoy por hoy, en mi presente, me prefiero por ese orden. Quizás porque me hago mayor. He decidido hacerme un plan de pensiones.
Manuel Férreo
Abril 2016