Micaela Corti: Gestión del cambio
Definiendo la «Gestión del cambio»
Si bien el término “Gestión del cambio” es utilizado principalmente en el mundo empresarial, también podríamos utilizarlo de manera personal. Se refiere a la flexibilidad y adaptabilidad de las personas a la hora de abordar diferentes temáticas. Busca desarrollar sus capacidades para pensar de diferentes maneras, buscar nuevos caminos y aprender a integrar el cambio como parte del proceso. Es aquí donde el Coaching podría entrar en juego, ofreciendo su enfoque, habilidades, herramientas y el acompañamiento de gestión del cambio propiamente dicha. Pero se preguntarán, ¿Por qué a las personas se les hace tan difícil el cambio?
Veamos un poquito de contexto:
Tanto las tecnologías, como los paradigmas mundiales comenzaron a mutar a grandes velocidades en los últimos 50 años. Hemos pasado de ordenadores que ocupaban habitaciones enteras a diminutos dispositivos telefónicos que hoy nos caben en la palma de la mano. Hemos pasado de tardar meses enteros arriba de un barco para cruzar de un continente al otro a subirnos arriba de un avión y en tan sólo unas horas llegar a cualquier destino del mundo. De enviar cartas o telegramas a mensajes instantáneos de WhatsApp. De igual manera con los televisores, los relojes, las cámaras de fotos, las velocidades RAM o el alcance del Internet, entre otras cosas.
Si observamos la evolución del hombre, que comenzó su existencia hace millones de años atrás, nos daremos cuenta que en ningún periodo tan corto de tiempo han ocurrido esta cantidad de cambios. Es decir, en los últimos 40 – 50 años el hombre tuvo que empezar a desarrollar una nueva competencia que es justamente la adaptabilidad al cambio rápido y continuo.
Lo que intento hacer con este análisis, es entender el por qué “el cambio” en sí mismo es una temática tan importante en esta nueva era. Simplemente, el hombre está aprendiendo a relacionarse con él a otro ritmo y de maneras diferentes a lo que ha sido a lo largo de toda su evolución.
Es por eso que me parece de vital importancia darle el lugar que se merece, a nivel personal, profesional, o cualquiera sea el ámbito. Aprender a integrar el cambio como parte de nuestras vidas será la clave para dejar atrás la rigidez y comenzar a “surfear la ola”. Adaptándonos y siendo flexibles ante cualquier situación que se nos presente.
¿Cómo gestionar los cambios de nuestra vida?
Un pensamiento que genera una expectativa, una expectativa que genera miles de emociones y pensamientos nuevos. Genera un imaginario de escenarios posibles donde habitan algunas posibilidades.
Pero no todas.
Muchas veces suceden cosas que no estaban dentro de lo esperado. Suceden cambios que no habíamos imaginado.
Entonces… ¿Cómo lo gestionamos?
Yo creo que aprender a lidiar con los cambios en nuestra vida implica una gran cuota de aceptación y flexibilidad. Porque al fin y al cabo un cambio implica un duelo. Que no tiene que ser necesariamente algo trágico, una muerte, un divorcio. Duelo es sinónimo de cambio, por lo tanto ante el mismo debemos atravesar las etapas que plantea la psiquiatra escritora Elisabeth Kubler-Ross:
- Negación
- Ira
- Negociación
- Depresión
- Aceptación
Me gusta siempre tener en cuenta estos pasos partiendo de la base de que en ningún momento se establece un tiempo exacto para cada uno. Sin duda, creo yo, que cuanto más profundo sea el cambio/duelo, más tiempo nos llevará cada una de estas etapas. Y cuanto más superficial sea, nos será más rápido y fácil llegar al punto de la aceptación. Pero sin duda existe muchísima gente que no logra atravesar ni siquiera las situaciones de cambio más superficiales. ¿Y esto a qué se debe?
Para mí, la poca adaptabilidad al cambio es el resultado de una rigidez estructural, el vivir desde el ego y una aprehensión muy fuerte a expectativas y resultados. No digo que esté mal tener expectativas, ni apuntar a resultados. Lo que considero importante, es entender que a veces existen limitaciones propias y/o externas que nos impiden conseguirlas. Y es ahí donde se manifiesta la capacidad de adaptabilidad al cambio de una persona. Pero claro, para poder atravesar las etapas de Kubler-Ross de la manera más orgánica posible, es necesario tener una conexión muy íntima y continua con uno mismo. La gran mayoría de la gente vive continuamente en un estado de negación: “No es que me echaron del trabajo, es que yo en verdad ya me estaba por ir” “No me interesa que esta chica no me de bola, total tengo otras” “No me importa que no me hayan contratado, sé que doy para más que para ese puesto”. Qué difícil se nos hace mostrarnos vulnerables. Aceptar que el cambio duele, que el derrumbe de nuestras ilusiones implica muchas emociones en nosotros.
En conclusión, considero que una buena manera de vivir la vida de una manera más liviana es a través del registro y aceptación de nuestras emociones en cada una de las etapas del duelo. Aceptar mi enfado, aceptar mi desilusión, aceptar que me siento perdido, para finalmente poder aceptar que la situación es como es y que no fue lo que esperaba, para poder desde ese nuevo lugar, volver a tomar nuevas decisiones y caminos.