¿SIGUE AHÍ, “MISTER COACHING”?
Manuel A. Férreo: Director del Máster de Coaching, Inteligencia Emocional, Relacional y Ciencia Cognitiva de N-Acción y la Universidad de Alcalá
Yo si sigo aquí y me gustaría comentarle que…………..
Probablemente todas las personas en alguna ocasión, hemos dejado de prestar atención a alguien que nos la requería. Una persona de nuestro entorno que nos quería decir alguna cosa, importante o no, pero que tenía interés en ser oído por la persona a la que se estaban dirigiendo, o sea nosotros. Gran parte de las veces esta falta de escucha no tiene mucha importancia y aceptamos, no siempre de buena manera, esta situación. No obstante, en algunas ocasiones nos sentimos rechazados y constituye causa de enfado o incluso algo más fuerte. En algunas ocasiones que consideramos importantes necesitamos apoyarnos en el hombro de quien queremos, o al menos del que esté a nuestro lado.
Cuando necesitamos que alguien tome nota exacta de lo que queremos expresar, cuando estamos en situaciones críticas o de cierta tristeza, es cuando sentimos necesidad de ser escuchados. Y esta necesidad es real, la necesitamos físicamente.
Si obviamos las situaciones de “dictado”, cuando realmente necesitamos ser escuchados es en situaciones difíciles, y éstas tienen relación con la tristeza que nos provocan las pérdidas. Como la mayoría de nosotros hemos comprobado, en el ámbito de la salud, es donde más están presentes estas situaciones.
Sabemos, con cierta seguridad actualmente, que la salud tiene que ver con la mente y el cuerpo, pues ambos están en sintonía. La salud se extiende a ambos entornos constituyendo un todo holístico. Es así que por eso, todos deberíamos estar educados en la escucha activa, es decir, voluntaria, enfocada y precisa. En general no es así, y no existe un camino claro para que así pueda ser para la generalidad de las personas. La escucha produce alivio a emisor del mensaje y puede constituir todo un remedio en una variedad inmensa de situaciones.
En mis comentarios de hace unos meses, hablamos Mr. Coaching de que la escucha es una de las habilidades relacionadas con la empatía. Pues bien, por lo tanto, la escucha es una habilidad absolutamente necesaria para todos aquellos profesionales que se relacionan con la salud y que quieran ser excelentes e ir más allá de la ayuda técnica, por muy importante y necesaria que sea ésta.
La escucha debería ser un requerimiento esencial para todos ellos y por lo tanto será necesario entrenarla de forma sobrevenida. Algunos profesionales ya lo están (o deberían estarlo), como los psicoterapeutas (de todo tipo), pero muchos de los que están más relacionados con los asuntos del cuerpo (médicos, enfermeros, fisioterapeutas, auxiliares, etc..), tienen grandes carencias con esta habilidad. En general, aunque existen grandes diferencias, no están educados para ejercerla, pues por las materias que les enseñan en sus centros de formación, asumen que deben estar totalmente centrados en las técnicas científicas que son las que “funcionan”. Se olvidan o ignoran que escuchar forma parte de la atención a la salud de sus pacientes y las personas que les rodean (que les cuidan y les quieren), lo sea por prevención o por curación. Seguramente muchos de nosotros hemos sentido en nuestras carnes esta carencia en algún momento de nuestra vida.
Las empresas dedicadas a la salud y por supuesto, en el caso de nuestro país, la universidad y/o la administración sanitaria, deberían preocuparse por formar a nuestros profesionales en esta habilidad, por otra parte de fácil práctica ya que se puede hacer a todas horas, en todo lugar y con todas las personas. Sólo hace falta entrenar la voluntad y unas mínimas habilidades para el aprendizaje, de las cuáles todos estamos dotados.
Como idea general, y dado, que esta habilidad forma parte de las competencias del coach, recordaremos que existen diversas formas de escuchar:
- Escucha fisiológica: Consiste en algo que no podemos evitar, que es oír. Incluso si no queremos hacerlo, lo hacemos por estar cercanos a la fuente del sonido.
- Escucha activa: Se produce con un acto de la voluntad del que lo pretende. Puede ser más o menos intensa dependiendo de lo que nos propongamos.
- Escucha activa y enfocada: Además de lo anterior, podemos focalizarnos en el asunto concreto del que nos están hablando. Constituye un ajuste fino que el emisor percibe en toda su amplitud.
- Escucha 360º: La persona que escucha puede recibir de manera completa la información de la persona que le requiere y estar también atento a todo lo que le rodea, a todo lo que pasa a su alrededor: entorno y demás informaciones de las personas o aparatos que están próximos (colegas, familiares, ruidos relacionados….)
Dependiendo de quién lo explique, tratará con éstas con los mismos o con otros nombres. Puede matizar o añadir alguna idea. Tienen muchos apelativos y apellidos: empática, emocional, afectiva, etc…pero lo que no cambiará será la definición más o menos prolija de las mismas. Está claro que existe mucha literatura acerca de esta habilidad tan humana que debes transcender a un mero acto físico o de supervivencia personal.
En el ámbito que nos movemos, es necesario manejar cuando se necesite las tres últimas maneras, dado que la primera es involuntaria (algunas personas incluso la suprimirían si pudieran). Dependiendo del acto sanitario del que se trate convendrá escuchar de una de las tres maneras. Es necesario, no basta con la primera, que puede valer para otros ámbitos menos críticos. En esos casos puede afectar a nuestras relaciones sociales, pero en el nuestro puede afectar a la calidad de vida de otras personas. Incluso la podría poner en peligro o no sacarla de él.
No obstante y a pesar de lo que pudiera parecer, no siempre será necesaria la escucha de 360º, pues es costosa en términos de atención y podría hacernos perder otro tipo de habilidades necesarias para el acto que estamos realizando. Lo que es absolutamente vital para un profesional de la salud es practicar la escucha activa porque ésta siempre es necesaria para todos aquellos que se acercan a ellos. Nadie recurre a este tipo de profesionales si no está convencido de que tiene algún problema, presente o futuro. Por lo tanto necesitará, además de contarlo, que alguien lo escuche atentamente. Este es el primer paso de la prevención o de la curación.
Una buena predisposición para esta habilidad (y para otras) de escuchar, se puede conseguir a través de lo que en coaching denominamos presencia. Este término no es fácil de explicar y como doy por hecho que seguiremos conversando, le diré que tal vez le podamos dedicar más adelante algo de nuestro tiempo de conversación, merecerá la pena. Además tiene que ver con lo que últimamente está tan de moda y que tanto bien está haciendo como son las técnicas de Mindfulness. Bonito término que se está introduciendo en todas nuestras vidas. En el ámbito que nos ocupa empieza a ser conocido y usado por todos los agentes implicados.
Pero como digo, eso lo dejamos para otra conversación. Mientras tanto agudice bien el oído y escuchemos a quien lo necesita, o mejor a todo el mundo, que todos estamos necesitados. Con un mejor manejo de la capacidad de escuchar de nuestros profesionales sanitarios, todo funcionará mejor entre ellos, los colegas, los pacientes y los familiares. Tenemos que darlo todo para mejorar la vida de estos profesionales porque nos va también nuestra vida en ello.
La escucha forma parte vital de nuestra metodología (coaching) y de las personas que la usan. No hace falta ser coach para escuchar, pero el uso de nuestra metodología es interesante para conseguirlo. Urge que todos nuestros profesionales de este ámbito estén formados en esta habilidad. Por otra parte sabemos que es la base en la metodología de trabajo del coaching, así que entonces, por favor Mr. Coaching, aquí en este ámbito tenemos mucho trabajo, no se vaya y quédese.
¿Sigue ahí? ¿Me está escuchando? Seguro que sí, usted es un experto, le espero en la próxima. Muchas personas nos lo agradecerán.